La creencia de que la separación al inicio de la etapa escolar es buena para el desarrollo de la identidad es el mito más dañino que existe sobre los gemelos.. Nancy Segal
Dado que todos los años recibimos muchas consultas acerca de cuáles son los derechos como padres a la hora de decidir si nuestros hijos múltiples deben o no compartir la clase, recopilamos la Guía de escolarización múltiple (https://www.multifamilias.org.ar/escolaridad-multiple) en la que se incluyeron los artículos en español sobre escolaridad múltiple para que los padres y madres puedan leerla y acercarla a las escuelas, especialmente cuando la decisión de separar a los múltiples resulta arbitraria, forzada y hasta podríamos decir discriminatoria.
Ya en la primera entrevista, cuando buscamos escuela para nuestros hijos, es importante dejar en claro de qué forma queremos que ellos se escolaricen. Por eso, cuando ofrecemos a los agentes educativos (directores, inspectores y docentes) la Guía es para lograr que se destierren ciertos prejuicios que los suelen inquietar:
- Suelen decirnos que es mejor separarlos para que cada uno puedo desarrollar su individualidad. Falso. La individualidad no se logra con la separación, sino con el descubrimiento de cuáles son los intereses o gustos de cada niño. Ofreciéndoles, por ejemplo, que se sienten en mesas diferentes y no comparándolos constantemente. También es necesario que se los llame por su nombre (y no permitir que se los llame en bloque: “mellis”, “trilli”, al menos en el ámbito educativo) y se distinga las cualidades de cada uno.
- Suelen decirnos que si están juntos siempre tendrán los mismos amigos. Cada niño busca con quién jugar y con quién relacionarse si se le da el espacio que corresponde. Nuevamente, hay que descubrir qué los hace únicos e irrepetibles.
- Suelen decirnos que uno puede dominar al otro. Si fuera ése el caso, habrá que analizar con especialistas qué es conveniente para esos niños.
- Si son de diferente sexo, suelen decirnos que la mujer va a dominar al varón. Falso. No es más que una forma de discriminación por género.
La mejor forma de romper con los prejuicios es conocer a los niños y decidir conjuntamente qué será lo mejor para ellos.
Desde la Fundación Multifamilias recomendamos que los niños que ingresan a la escolaridad, es decir, sala de 2 o 3 años, compartan el aula para no estar en desventaja con sus compañeros, ya que los niños múltiples sufren una doble separación: de sus padres y de sus hermanos. Luego, acompañados por el gabinete psicopedagógico, los padres, los directivos, los docentes e, incluso, los propios niños deben consensuar si deben permanecer juntos o separados. Nosotros pretendemos lograr que las escuelas sean flexibles con la decisión y que no se fuerce a los niños a separarse si no lo desean, ya que el daño emocional puede ser irreversible. Las escuelas tienen que darles a los padres la tranquilidad de que cada año se evaluará qué es lo mejor para cada grupo gemelar.
Es importante recordar que no existe ninguna ley que impida que los múltiples compartan el aula y que la decisión de los padres, quienes ejercen la patria potestad sobre sus hijos, debe ser tenida en cuenta al igual que el deseo de los niños múltiples, quienes están amparados por la Convención de los Derechos del niño, las niñas y adolescentes a ser escuchados y respetados como cualquier adulto.
El ingreso al sistema escolar es una instancia fundamental en la historia vital de todo niño. Numerosas y contradictorias sensaciones atraviesan a los padres cuando sus hijos comienzan a ir a la escuela. En el caso de los múltiples, se trata, además, de un momento que enfrenta a padres, madres y docentes a dudas y decisiones nada sencillas: mellizos, trillizos y más ¿deben ir al mismo jardín, compartir el aula, el docente y los compañeros, o no? ¿Cuáles son las ventajas y/o desventajas en cada caso?
Respecto al tratamiento de los niños múltiples en la escuela, es decir, si se los separa por cursos o si se los incluye en una misma aula, es algo que depende de cada institución educativa y de las posibilidades de esta.
El Dr. Velloso (Psicoanalista y gemelo idéntico) señala: “Cada grupo de mellizos, trillizos, cuatrillizos, etc. tiene su propia y particular dinámica y características de desarrollo; separarlos en distintas aulas como tratamiento generalizado ante un caso de niños múltiples no es la solución adecuada, como tampoco lo es en todos los casos inscribirlos en el mismo curso”.
La Fundación Multifamilias recomienda muy especialmente que los niños atraviesen juntos el primer encuentro con la escuela. Hay que tener en cuenta que en el ingreso del niño al jardín hay una primera separación que es la del chico con la madre, y con el espacio de la casa, que ya es compleja, por eso consideramos que separarlo también de su hermano puede acentuar la complejidad de esa primera separación. Para la Dra. Fatone: “Mellizos, trillizos y más, generalmente, se benefician del soporte social que cada uno le da al otro en la misma clase. Para ellos es más fácil entusiasmarse con las distintas actividades propuestas cuando tienen la opción de estar juntos. Cuando son forzados a separarse en cursos diferentes pueden entender el mensaje de que hay algo malo en tener uno o más hermanos gemelos, pueden sufrir un estrés emocional por la preocupación de la ausencia de su hermano/a y pueden encontrar dificultoso y hasta a veces imposible trabajar en clase. Inscribirlos en el mismo curso respeta la relación natural que tienen los niños y les permite la libertad de separarse gradualmente dentro de sus propios parámetros; incluso si el poner juntos a los niños resultara un error, para ellos, la experiencia de su propia determinación de estar en aulas separadas fortalecerá la confianza en sí mismos, en su relación y en su sentido de independencia”. En todos los casos, la profesional señala la importancia de la actitud de los maestros respecto de los niños para su desarrollo: “Los educadores tendrán el compromiso de incentivar a los niños a participar en diferentes grupos de trabajo, deberán identificar las preferencias de cada uno y proponerles diferentes roles cada vez. La intención no es que se separen de manera física, sino más bien que comiencen a aprender que cada uno de ellos tiene la capacidad para desarrollar actividades de manera independiente a las que desarrolla su/s hermano/s”.
Escuelas modelo
En general, siguen circulando entre los profesionales de la educación ciertos mitos difíciles de desterrar que justifican la separación. Nos suelen decir que es beneficioso para la integración social de los niños/as, para el desarrollo de la individualidad, para evitar que alguno ocupe un rol de dominancia, porque son hermanos y no compañeros/as de clase y para que no perjudique la relación con el resto del grupo. Sin embargo, nosotros consideramos que la separación forzada es cruel e innecesaria. Como bien señala la Dra. Nancy Segal, “la creencia de que la separación al inicio de la etapa escolar es buena para el desarrollo de la identidad es el mito más dañino que existe sobre los gemelos”.
La separación forzada puede provocar problemas en las relaciones sociales, en el rendimiento académico y en el desarrollo del lenguaje. Muchas veces, ante esa decisión, los/las niños/as se preguntan ¿por qué no podemos estar juntos? ¿Qué hicimos para que nos separaran? Y esas dudas les suelen generar dudas que no les permiten concentrarse ni disfrutar de su propia escolarización.
En distintas partes del mundo se debate este tema: ¿juntos o separados? Todos coincidimos en que no debe haber una política de separación ni de ubicación en la misma aula. Debe considerarse, como ya dijimos, una única política la de la flexibilización, la del análisis de cada grupo de múltiples, porque no todos los casos son iguales, para evitar un daño que puede ser irreparable.
Nuestra labor con respecto a este tema siempre fue el de asesorar a las escuelas para lograr que sean tenidas en cuenta las necesidades propias de cada grupo de múltiples.
En octubre de 2011, visité el Instituto Nuevo Siglo en General Roca, provincia de Río Negro, porque el número de múltiples inscriptos iba en aumento y la escuela quería seguir una política que no generara conflictos ni con los padres ni con los chicos. Hoy es una escuela flexible, a la que asisten 12 pares de mellizos y uno de trillizos y algunos comparten el aula y otros no, porque se dedican a estudiar cada caso en particular. Para la Fundación Multifamilias esta escuela y la Escuela CIMDIP de Quilmes, provincia de Buenos Aires, son dos escuelas modelo en lo que se refiere a la escolaridad múltiple, porque pudimos en conjunto y gracias a las inquietudes de muchos padres lograr que se instalara el tema y se derribaran viejos mitos.
Laura Pérgola
Presidenta Fundación Multifamilias www.multifamilias.org.ar @multifamilias
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