Fabián Provenzano, abogado y especialista en tendencias, gestión del cambio y transformación de la empresa educativa,dialogó con Revista COLEGIO en el marco del Ciclo de Conversaciones en vivo por Instagram.
El Dr. Provenzano es consultor, conferencista internacional y gerente de IMEF. Se refirió en la charla a los efectos de la pandemia en la sociedad y la educación y resaltó que “los ganadores de hoy en las escuelas son los que estuvieron dispuestos a correr riesgos. Hemos salido en tiempo récord a enseñar de otra manera. Esto tiene que dejarnos una enseñanza”.
¿Asistimos a una época de cambios o es un cambio de época?
“Veníamos de un verano en el que asistimos al triste espectáculo de millones de animales muriendo en los grandes incendios en Australia y en California, donde hubo grandes pérdidas. En febrero participamos en la Jornada de innovación, gestión y capacitación ´Un giro copernicano en la educación´ en la Universidad Siglo 21 con Gilberto Pinzón, M. Belén González Milbrandt, Melania Ottaviano, Laura Rosso, etc. y conversamos sobre los cambios bruscos para los que teníamos que prepararnos: más cambio climático, más globalización y más tecnología. Esto es lo que se viene, para bien y para mal. Es un cambio de época y estos temas importantes para debatir que los que veníamos exponiendo con la consultora Copérnico se han ido profundizando. No todos los cambios son para mal. Podemos sacar muchas enseñanzas y capitalizarlo”.
La pandemia ¿nos tomó por sorpresa?
“Yo me pregunto ¿cómo nos tomó por sorpresa?¿porqué somos analfabetos digitales? Quizás no pudimos preveerlo por no observar los cambios que sucedían en el mundo. Teníamos el tiempo y los recursos pero estábamos cómodos y nos encontramos con esta realidad de golpe. Lo positivo de todo esto sería ¿quiénes son los destacados en cada organización?. En los colegios tuvimos que recurrir a los creativos, los que mejor se llevan con la tecnología, los que se adaptaron rápido al cambio, los que demostraron que tienen empatía. Es muy interesante ver que los ganadores de hoy en la educación no son los de siempre. Han sido los que estuvieron dispuestos a correr riesgos. Los otros ganadores son los que se animaron a hacer las cosas de otro modo, que no es ni más ni menos que la innovación. Es un antes y un después de nuestras organizaciones. No es una época de cambios sino un cambio de época”.
Según Alvin Toffler, “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino aquellos que no sepan aprender, des-aprender y reaprender”…
“No estábamos preparados porque la mayoría estábamos muy cómodos. Pero si estamos atentos, abiertos, si vemos lo que sucede en otros ámbitos, si traemos a personalidades de otras ciencias, outsiders, podremos anticiparnos y gestionar el cambio”.
¿Es una época de cisnes negros?
“Nassim Taleb habla de los llamados cisnes negros.Para empezar, es un suceso improbable; sus consecuencias son importantes y todas las explicaciones que se puedan ofrecer a posteriori no tienen en cuenta el azar y sólo buscan encajar lo imprevisible en un modelo perfecto. El éxito de Google y You Tube, y hasta el atentado 11-S, son cisnes negros. ¿Por qué no podemos identificar este fenómeno hasta que ya ha sucedido? Según el autor, ello se debe a que los humanos nos empeñamos en investigar las cosas ya sabidas, olvidándonos de lo que desconocemos. Ello nos impide reconocer las oportunidades y nos hace demasiado vulnerables al impulso de simplificar, narrar y categorizar, olvidándonos de recompensar a quienes saben imaginar lo ´imposible´”.
Taleb también nos habla del concepto de Antifrágil
Después escribió el libro ´Antifrágil´, un concepto que marca que en estos tiempos de cambios no sirve ser ni robusto ni frágil. Ser “antifrágil” es la única manera de beneficiarte en esta época de cambios. En el lado opuesto a lo frágil hay cosas que se benefician de las crisis; prosperan y crecen al verse expuestas a la volatilidad, al azar, al desorden y les encanta la aventura, el riesgo y la incertidumbre. Pero, a pesar de la omnipresencia de este fenómeno, no existe una palabra que designe exactamente lo contrario de lo frágil. Taleb lo llama antifrágil. La antifragilidad es más que resiliencia o robustez. Lo robusto aguanta los choques y sigue igual; lo antifrágil mejora. Esta propiedad se halla detrás de todo lo que ha cambiado con el tiempo: las revoluciones, la innovación tecnológica, el éxito cultural, la supervivencia empresarial, las buenas recetas de cocina, las bacterias resistentes… incluso nuestra existencia como especie.
Los argentinos estamos acostumbrados a un contexto Caórdico, ¿verdad?
“Sí, un contexto cáordico tiene que ver con el caos y el orden, por definición crear organizaciones sostenibles entre el orden y el caos con un denominador común: el bienestar de sus miembros. Cuandopresentamos el libro “Un giro copernicano a la educación” en España llevamos un video en el que hablamos de este concepto y mostramos distintas personalidades, mujeres y hombre que supieron superarse y que se habían destacado en nuestro país. Nosotros tenemos algo de eso; nos acostumbramos a saltear las piedras del camino. Nadie puede ser muy estructurado; las estructuras van a durar poco. Tenemos que ser flexibles, en la familia, en la escuela y en las organizaciones, adaptables a lo que viene, que ya es muy cambiante”.
¿Creés que esta pandemia acelera este giro “copernicano” en la educación?
“Nuestras organizaciones son “sólidas” y están recibiendo a chicos “líquidos. El nuevo tema en esta nueva sociedad es fluir. Esta pandemia de algo nos tiene que servir. Siempre hablamos en las charlas de consultoría de las ventanas tapadas en las escuelas. Es como que la escuela estuvo décadas con las ventanas tapadas por papeles oscuros que no nos permitían ver qué pasaba afuera: un mundo ultrarápido, colorido y digital. Nuestras aulas eran lentas, en blanco y negro y en un formato analógico, obsoleto, como escuchar música hoy en un cassette de los ´80. Esta pandemia es un viento que voló esos papeles y por eso nos gusta reflexionar. Siempre les pido a los directivos, a los propietarios, que se tomen un minuto y salgan de la escuela a caminar el barrio, la zona, a observar y a capacitarse en lo que puede ser superador. A eso apuntan estos encuentros que proponemos con la consultora Copérnico para tomarnos un café con directivos, propietarios y que logren salir de la trinchera; ellos están 24 horas en lo urgente y no tanto en lo importante. Estas conversaciones sirven para ayudarlos a ver qué está pasando afuera, cómo podemos ir haciendo los cambios necesarios en el colegio, en la organización, en la empresa. Para que no vuelvan a poner los papeles oscuros en las ventanas. Hemos salido en tiempo récord a enseñar de otra manera, a ver que hay otra manera de comunicarnos, de reunirnos. Esto tiene que dejarnos una enseñanza”.
Sos especialista en gestión del cambio ¿Cómo gestionar efectivamente el cambio entre tanta urgencia?
Desde hace 20 años formamos un equipo con visiones distintas y nos fue muy bien con el aporte de los jóvenes. Nos animamos a convocar a personas por fuera de lo escolar, con otras miradas. Fue muy interesante y lo sigo haciendo. Seguimos pensando cosas nuevas, innovando. Hablamos de orientaciones distintas y temáticas que podemos incorporar. Estamos trabajando con profesores de la Universidad de Extremadura (España) en un proyecto muy interesante para traer el movimiento a las escuelas. El arte, la música, el deporte, distintas acciones; hay que repensar casi todo”.
Acostumbrado a liderar equipos, ¿cuáles son las facultades del líder para conducir equipos de cambio? ¿Qué tipo de comunicación debe tener con su entorno?
“Me gusta hablar del peligro del éxito en las organizaciones. Descubrimos que hay costumbres, hábitos que seguimos haciendo porque en algún momento nos dio éxito y nos mantenemos con esa estructura y no modificamos nada. Cambian las circunstancias, la gente y seguimos igual. Pero a mí me gusta hablar de las condiciones actuales y las que se vienen. En el libro ´Un giro copernicano a la educación´ hablamos de la energía. Es un indicio. Nadie piensa hoy en desarrollar la industria del carbón; el mundo irá por la energía limpia. Esto tiene que ver con las nuevas tendencias y las nuevas generaciones. Por eso pensar que lo que tuvo éxito ayer lo tendrá hoy es un error garrafal que cometen muchas organizaciones.
Zigmunt Bauman se refiere a reconocer la situación planetaria actual como un caso de interregno; es un estado líquido, donde no hay continuidad, es decir que lo que pasó ayer no necesariamente pasará mañana del mismo modo y vivimos en incertidumbre permanente. Bauman nos habla de un mundo líquido donde lo viejo ya no nos sirve y lo nuevo aún no lo hemos dejado cristalizar. Nos preocupa este mundo y nos desafía.
¿Cómo salir airosos de este desafío?
Los grandes referentes nos pueden dar una base, pero aprendamos del error como fuente de aprendizaje; tomemos esto como un nuevo paradigma. Por eso hablo de los nuevos ganadores en cada colegio que son los jóvenes que tienen una mirada comprometida con la acción; los tienen que buscar y darles lugar. Nos van a retroalimentar. Tenemos que tener en la mesa de decisiones a personas con esa mirada. Tenemos estructuras del siglo XIX y la mayoría del personal somos del siglo XX; tenemos alumnos del siglo XXI y alumnos que van a vivir en el siglo XXII. Tenemos un problema de siglos!. Hay que abrirse a nuevas tendencias y miradas, sentarse y escuchar a los chicos de otras generaciones porque tienen otras iniciativas, seguramente mejores que las nuestras”.
Notas Relacionadas
¿Sobrevivirán las escuelas y los maestros?
“Aprender a leer, una tarea de gran complejidad”
“Influencers educativos”: ¿cómo transformarnos en docentes y adultos inspiradores?