La educación multidisciplinaria y bilingüe fomenta el sentido de comunidad mundial y aborda los desafíos de una educación con mentalidad internacional.
El comienzo del ciclo lectivo 2020 se vio atravesado por el peligro inminente de la pandemia del COVID-19. Este hecho podrá ser explicado e interpretado a través de distintas miradas multidisciplinarias en el futuro, pero sin dudas, queda claro que el mundo está globalizado a gran escala: lo que sucede en China también afecta a la Argentina.
Gracias al avance de la tecnología y de las comunicaciones, las noticias son recibidas y compartidas por gran mayoría de la población mundial casi al instante. Hoy más que nunca resultan esenciales las competencias globales, ya que permiten a todos los ciudadanos tener empatía y respeto intercultural por las comunidades con tradiciones y valores diversos.
En este contexto, las instituciones educativas cumplen un rol fundamental al proveer un marco teórico y práctico para que los alumnos puedan aprender a respetar distintos valores, creencias y experiencias, como así también a pensar y colaborar teniendo en cuenta distintas culturas y disciplinas. Transformar una problemática actual en una oportunidad de aprendizaje requiere profesionales de la educación creativos y con variados recursos pedagógicos, con un enfoque en el compromiso global y el trabajo significativo con la comunidad.
Los docentes y colegios inspiran, acompañan a sus alumnos en el aprendizaje, los hacen pensar, reflexionar, pero por sobre todo relacionar cómo los conceptos que se estudian en una materia pueden aplicarse a otras y en la vida cotidiana. Hoy en día cada vez son más los docentes que aplican diversas técnicas para que el aprendizaje sea motivador y deje “huella” en sus alumnos transformándose en algo útil como herramienta para toda la vida.
Esta forma de aprendizaje desafía a los alumnos a la asimilación de conceptos. Les permite dudar, cuestionar y analizar de forma crítica el poder y el privilegio, transformándolos en personas abiertas de mente y a reconocerse como responsables de proteger el planeta y sus recursos para las generaciones futuras.
La mentalidad internacional representa un concepto multifacético y complejo que encierra una forma de pensar, de ser y de actuar caracterizada por una actitud de apertura al mundo y por el reconocimiento de una interconexión profunda con los demás. Desde este pilar, el conocimiento de diferentes culturas por medio del aprendizaje de las lenguas, desempeñan un papel fundamental en el desarrollo lingüístico de los alumnos quienes así tienen la oportunidad de familiarizarse con una gran variedad de literatura que requiere una comparación intercultural.
El aprendizaje de más de una lengua hace hincapié en el desarrollo de competencias comunicativas de tipo intercultural que se centran en el perfeccionamiento de destrezas que permiten a los alumnos mediar con personas de diferentes culturas y sociedades.
De esta manera, toda la comunidad escolar se convierte en un ecosistema para promover el entendimiento intercultural y éste se puede lograr tanto en contextos nacionales como internacionales siempre que el entorno escolar – en el sentido más amplio del término- sea favorecedor. La mentalidad internacional nace de las actitudes que los individuos tienen hacia sí mismos y hacia los demás en su entorno más inmediato. Los alumnos deben conocerse a sí mismos, saber qué significa ser humano y comprender el lugar que ocupan en un mundo cada vez más interdependiente, globalizado y digitalizado.
Por lo tanto, la mentalidad internacional parte del conocimiento de uno mismo y abarca no sólo al individuo y el marco local o nacional y cultural del colegio, sino que se extiende a perspectivas globales más amplias, en pos de la construcción de un mundo más saludable, pacífico y sustentable.
Natalia Tieso nació en Buenos Aires (Argentina) y ha estado vinculada al mundo educativo y a la enseñanza de la lengua inglesa durante más de 20 años. Comenzó su carrera profesional como profesora de inglés en los niveles de preescolar, primaria y secundaria tanto en colegios privados como públicos. Posteriormente fue nombrada coordinadora del Programa del Diploma en el All Saint’s School de Buenos Aires (Argentina). A continuación, trabajó en el sector editorial educativo, como editora y coordinadora de servicios académicos en Macmillan Publishers y como jefa del departamento de marketing y servicios académicos en Richmond Publishing. Finalmente, se incorporó al IB en mayo de 2012.
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