Santiago Kovadloff
“Circula con profusión una expresión desafortunada que dice que hay una filosofía de la educación. Se trata de una tautología. La filosofía es educación porque es amor al saber, que tiene dos rasgos: su tenacidad y su imposibilidad de consumarse. No es posible consumar el amor al saber. Quien de veras enseña no alcanza nunca el objetivo que se propone. Se consagra a perfeccionarlo y ese perfeccionamiento es incesante. Es el rasgo distintivo de la palabra amor. Cuando decimos ‘te quiero’ estamos diciendo ‘no te tengo’. Quien de veras quiere no tiene. Querer a alguien es no poder apoderarse de él. Donde importa el amor se impone la imposibilidad de apropiarse del que nos interesa. Podemos apropiarnos de objetos, cosas donde prepondere la indiferencia o la apatía, pero nadie que nos importe puede ser nuestro. Está con nosotros, se vincula, se halla en relación con nosotros pero porque nos importa no nos pertenece. Si vamos a concebir la educación como un acto amoroso es porque vamos a intentar una aproximación permanente, constante, apasionada a aquél que nos importa para entablar un vínculo equitativo y de interdependencia, donde la transmisión es una complicidad apasionada en el acto de aprender, que involucra por igual al que enseña y al que aprende”.
“Creo que aspirar a caracterizar la educación en el contexto de los desafíos contemporáneos implica por lo menos tomar en cuenta cuatro desafíos que deben estar presentes en todo lo que transmitamos, sea cual fuere la disciplina: la naturaleza, el progreso, el conocimiento y la globalización. Configuran la trama sustancial y fundante de cualquier aprendizaje contemporáneo, del orden que fuere: tradicional y tecnológico”.
“Necesitamos que se respeten las diferencias, en la concepción de la interdependencia. Universalidad del saber con ecuanimidad. Son desafíos de nuestro tiempo. Aprendamos a aprender”.
Santiago Kovadloff es ensayista, poeta, traductor de literatura de lengua portuguesa y autor de relatos para niños. Se graduó en Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Es Doctor Honoris Causa por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) y profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid. Es miembro correspondiente de la Real Academia Española, miembro de número de la Academia Argentina de Letras y de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
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